¿PARA QUÉ LA LECTURA Y LA ESCRITURA EN LA JUVENTUD?
La lectura interior del mundo, de las imágenes que se nos presentan, abre
puertas a otras formas de leer y escribir.
Cada momento en la vida esconde una sabiduría: el tránsito de la
juventud se ha pintado en estos tiempos torbellinos, de aburrimiento e
inseguridades, de hambre voraz por conquistar el mundo y ganar en la carrera de
“ser alguien en la vida” que nos ha estallado en la cara. Nos
valemos del arquetipo de la doncella para decir que la juventud es primavera,
luna creciente, deseo de vida, visionaria de nuevas posibilidades.
Revelar el sentido estético en el
tránsito que significa la juventud es nuestra apuesta política: empezar a
cargar de importancia aquello que leemos, que escribimos y decimos: releernos
para sentir y orientar esa energía joven que nos cubre. Escribir y leer es un
viaje con boletos que va desde hacer un regreso a la infancia o sumergirse en
otras vidas y mundos desconocidos; es entrar en un movimiento extático, abrir
ventanas del encierro. En este tiempo en el que cada cosa que se nos presenta
es vista bajo la esencia de “la primera y última vez”, abrir un libro significa
despertar la sensibilidad; la lectura nos enseña a sentir amor por lo lejano y
lo desconocido. Leer y escribir es una puerta de escape: la juventud es el
abismo de las preguntas esenciales… es ver a los ojos lo dionisiaco de la
propia existencia. Poder abrir un libro para irnos de nosotros mismos, de la
mente y sus laberintos para atender la desgracia de otros, para escuchar con la
mirada.
Sin duda, hay razones pedagógicas
y literarias para leer y escribir, solo hay que dejarse caer: las razones volarán
hasta donde te encuentres. Abrapalabra
es una estrategia para brindar silencio, un silencio cargado de letras. Nos
invitamos abiertamente a elegir qué leer, porque leer amorosamente es libertad.
Leer y escribir es ayudarse a
existir. Dicho por Baudelaire es enfrentar el aburrimiento, no llenar el vacío
sino observarlo y revelarnos creativamente.
Dibujar entre los cuadros más oscuros
en el papel aquel ligero roce del viento cuando el pecho lucha contra los
vuelos de pájaros. Acabar tendido sobre la hierba, mirar al cielo y arañar con
las manos un aire de palabras. Escribir desde la sangre que transita por esos
huesos ajetreados, sentir desde el sótano; echar raíces por la boca.
L&D
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